Rellena, reafirma…..da esplendor a la piel. Estas son algunas de las credenciales que han convertido en el ácido hialurónico en el ingrediente estrella de la cosmética vanguardista y de las más novedosas técnicas de medicina estética.

El ácido hialurónico está presente de forma natural en todos los organismos vivos, y es un componente universal de los espacios existentes entre las células de los tejidos (espacio extracelular). Es un polisacárido con una estructura química idéntica, independientemente de que se encuentre en el cuerpo de una simple bacteria o de un ser humano.

El ácido hialurónico puede encontrarse en muchas zonas del organismo humano, como por ejemplo:

la piel, en la cual crea volumen (sin el ácido hialurónico estaría seca, marchita y arrugada),

el cuerpo vítreo, donde da forma y volumen a los ojos,

en los cartílagos, huesos y líquido sinovial (fluido viscoso que se encuentra en las articulaciones), en los que tiene el papel de lubricante, de material de absorción de los golpes y de filtro, entre otros casos,

en los vasos sanguíneos en el cordón umbilical, cuya función consiste en permitir que no se interrumpa el contacto entre la madre y el feto.

De todo esto se podría decir que el acido hialurónico actúa como un auténtico guardián de la hidratación del cuerpo humano. Tiene una impresionante capacidad para absorber grandes cantidades de agua, almacenando la humedad, como si de una esponja se tratase.

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